San Cristóbal de La Habana

-La Habana-

Fundada en 1519, en ocasión de su tercer y definitivo asentamiento junto a la espléndida bahía de bolsa que lleva su nombre, la entonces Villa de San Cristóbal de La Habana ubicada privilegiadamente en la costa norte occidental de la isla frente al Atlántico Norte, devino puerto de escala obligada de la flota española de Indias e importante centro comercial, convirtiéndose en blanco del asedio permanente de corsarios y piratas; una condición que determinó sus necesidades defensivas y la construcción de un acabado sistema de castillos, fortificaciones y otras obras de carácter militar, estratégicamente emplazadas alrededor de la Bahía y en su litoral.  En 1592 le fue conferido el título de “ciudad” por el Rey Felipe II y en 1607 un Real Decreto le reconoció como capital de la isla. Conocida como la “Llave del Nuevo Mundo” y otras denominaciones como tierra de convergencia, apertura y multiculturalidad, La Habana reúne en una acumulación cultural sin precedentes estilos arquitectónicos que marcaron diferentes épocas. Construcciones de los siglos xvi y xvii de notable influencia mudéjar conviven armoniosamente con majestuosas edificaciones domésticas, civiles y religiosas de los siglos xviii y xix; dando fe del barroquismo y la sustancia ecléctica de esta urbe que muestra también verdaderos íconos arquitectónicos del neoclásico, el eclecticismo y el movimiento moderno. 

El Centro Histórico de la ciudad abarca una superficie de 2,14 kilómetros cuadrados, intensamente poblados, que conservan su carácter de residencial y comprende tanto la antigua Habana Intramuros como el llamado Reparto de las Murallas; un desarrollo urbano asociado a la demolición de esa importante obra defensiva en la segunda mitad del Siglo xix. Tras cinco siglos de historia, el antiguo recinto amurallado continúa siendo un territorio compacto y vivo, estructurado a partir de una red de plazas, plazuelas y otros espacios públicos; donde sobresalen la estrechez de sus calles, la continuidad de la línea de fachada y la permanente relación con el mar. Su borde costero destaca por el valor paisajístico, especialmente relacionado con el canal del puerto, legendarias fortalezas militares, los poblados ultramarinos de Casablanca y Regla, viejos espigones e impresionantes instalaciones del patrimonio industrial vinculado a la zona portuaria. 

Declarado Monumento Nacional en 1978, el Centro Histórico de La Habana es considerado también por el gobierno cubano como zona priorizada para la conservación y de alta significación para el desarrollo turístico. En 1982 La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad y en junio del 2016 La Habana fue elegida como una de las Siete ciudades maravilla del mundo moderno. 

La meritoria labor de la Oficina del Historiador de la ciudad ha contribuido no sólo a la rehabilitación del patrimonio construido, sino también a la revitalización integral y al desarrollo humano local de un territorio que es poseedor de extraordinarios valores arquitectónicos y urbanísticos, es parte sustancial de la memoria histórica del país y atesora la mayor concentración de monumentos, edificaciones de alto valor simbólico, bienes patrióticos, costumbres, tradiciones y expresiones del sentimiento de la nación cubana.


Devenida su bahía en puerto escala de la corona española y consolidada como antesala del Atlántico americano, La Habana creció hasta convertirse en leyenda viva. La mezcla ecléctica de estilos, culturas y sensaciones se encuentra en cada rincón de la ciudad. Entre nostalgia, contrastes y un romance que trasciende épocas, la villa de San Cristóbal de La Habana se erige como ciudad enigmática, críptica, a la vez que universal.

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