San Salvador de Bayamo

-Granma-

La villa San Salvador de Bayamo es considerada la cuna del sentimiento nacional consolidado por albergar grandes sucesos y personalidades de la historia independentista cubana, así como por ser uno de los primeros asentamientos coloniales en la isla. La conservación de sus valores patrimoniales se puede observar en los paseos por la ciudad y los campos aledaños, que sorprenden por las instituciones y plazas icónicas donde los símbolos de la República en Armas, así como sus defensores y detractores, hacían vibrar un ubicación que ha subsistido a disímiles ataques de piratas, incendios y combates decisivos. 

Fundada en 1513 por Diego Velázquez, la villa de San Salvador de Bayamo devino una comarca alfarera, agrícola y productora de alimentos que floreció económicamente en las primeras décadas del período colonial español gracias al comercio de rescate y contrabando; favorecido por las condiciones para la navegación del Río Cauto, la riqueza de su cuenca y la salida al mar del territorio. 

Los méritos históricos de esta ciudad y de sus pobladores, desde la conquista hasta nuestros días, le convirtieron en símbolo de resistencia aborigen y de rebeldía, de pensamiento insurgente, de lucha por la independencia y de apoyo al movimiento revolucionario cubano en la última etapa de la liberación nacional.  

En el siglo XIX, Bayamo fue centro de conspiraciones contra el poder colonial español y en 1868 los patriotas bayameses lideraron y protagonizaron el primer estallido nacional independentista.  La ciudad pasó a ser la primera capital de la República en Armas; donde se compuso y cantó por primera vez el Himno Nacional y fue enarbolada la bandera de Céspedes, que junto a la enseña nacional, preside las sesiones del parlamento cubano. El heroísmo de los bayameses escribió una de las páginas más trascendentales de la historia patria, cuando en 1869 prefirieron quemar la ciudad antes que entregarla al ejército colonial español.  Para su reconstrucción, entre finales del Siglo XIX y principios del XX, fueron empleados los códigos arquitectónicos de la época, conformándose una imagen urbana donde conviven armónicamente emblemáticas edificaciones coloniales de altísimo valor histórico, que asombrosamente sobrevivieron los embates de las guerras de independencia, con otros inmuebles, fundamentalmente construcciones domésticas, de orden ecléctico o representativos de los estilos art decó, art nouveau y neoclásico, caracterizados por la simplicidad de sus fachadas y la sobriedad ornamental. 

Esta ciudad, tierra natal de próceres independentistas y cuna de la nacionalidad cubana que atesora sitios históricos de alta significación, fue declarada Monumento Nacional en el año 1935; un merecido reconocimiento que fue ratificado nuevamente en el año 1978. Bayamo también inspiró la primera obra literaria escrita en Cuba y aportó a la cultura nacional la primera canción trovadoresca. 

La ciudad conserva aún costumbres y tradiciones musicales, culinarias y festivas que, junto a los emblemáticos coches de caballo, el transporte popular local, enriquecen y dinamizan su vida cultural.

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