Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa

-Guantánamo-

La primera villa de Cuba, fundada en 1511 por colonos españoles, exhibe en sus discretas calles la elegancia sencilla y natural que provocó a sus primeros pobladores reclamarla como una tierra de hermosura sin igual. Sus paisajes y vida tranquila esconden el secreto del cultivo tradicional del cacao del oriente cubano, a la vez que auspician la continuidad de tradiciones taínas, pues la presencia de los habitantes prehispánicos de estas tierras se mantiene vibrante en el mestizaje cultural reflejado en la danza, la música, la comida y las costumbres de sus habitantes.

Fundada en 1511 por colonizadores españoles, la villa primada de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa está ubicada en un puerto de la región nororiental de la provincia de Guantánamo; en el llamado Caribe antillano. Baracoa posee un impresionante patrimonio natural que destaca por la riqueza de su biodiversidad, en la que sobresalen los macizos montañosos que le resguardan, sus ríos de cristalinas aguas, la exuberancia y el alto grado de endemismo de su flora y su fauna; que le confieren una belleza paisajística sin igual. Con justica, el almirante Cristóbal Colón bautizó en su diario de navegación al sitio que dio origen al asentamiento fundacional como “la más hermosa cosa del mundo”. 

Sin embargo, no fue hasta la segunda mitad del siglo XIX que se produjo la consolidación de la imagen urbana de esta villa, que había sido primera capital y sede del obispado de la isla; cuando el auge bananero en la región generó un período de franca bonanza económica. 

Poseedora de una arquitectura urbana esencialmente ecléctica, con predominio de edificaciones bajas monoplantas que evocan tanto la tradición hispánica en casas de patio en arrimo y techos de tejas rojizas, como la influencia caribeña en construcciones domésticas de madera, sin patios, separadas por jardines perimetrales. Sin las suntuosas edificaciones que caracterizan otras villas cubanas, el Centro Histórico de Baracoa atesora significativos valores patrimoniales que le hicieron merecedor de la declaratoria de Monumento Nacional en 1949; un reconocimiento ratificado luego desde 1978. 

El trazado lineal de su trama urbana, su sistema de plazas triangulares, la presencia de construcciones militares heredadas de un sistema defensivo colonial y la homogeneidad tipológica y volumétrica de sus edificaciones, le confieren a la ciudad un encanto especial que da fe de sus raíces, de su devenir histórico, de la transculturación y de su singular aportación a  la identidad nacional. 

En sus zonas rurales, Baracoa cuenta con un fundamento edificativo vernáculo de tradición aborigen y sus alrededores poseen un valioso patrimonio cultural indígena que la convierten en la capital arqueológica taina de Cuba.

Sencilla, auténtica y poseedora de un fuerte sustrato aborigen, Baracoa conserva platos típicos, tradiciones, ritmos y formas danzarias que dan fe de su herencia indígena y permiten revivir cautivantes mitos y leyendas locales.

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